Tomio Okamura, líder del SPD, rodeado de seguidores durante un acto público en Praga — SPD gobierno Chequia 2025.Tomio Okamura, líder del movimiento SPD, durante un acto público en Praga. Foto: David Sedlecký / Wikimedia Commons / CC BY-SA 4.0
Castillo de Praga, sede del presidente checo y lugar donde se desarrollan las negociaciones del SPD y ANO en 2025.
Vista del Castillo de Praga, sede oficial del presidente de la República Checa.

El movimiento SPD gobierno Chequia 2025, liderado por Tomio Okamura, confirmó que negocia con el partido ANO, de Andrej Babiš, su participación directa en el próximo gobierno. Tras reunirse con el presidente Petr Pavel en el Castillo de Praga, Okamura aseguró que su partido no quiere limitarse a apoyar desde el Parlamento, sino “asumir responsabilidad gubernamental”.

Según el líder del SPD, las conversaciones con ANO son diarias y podrían continuar esta misma semana. El partido aspira a ocupar entre uno y tres ministerios, entre ellos Interior, Defensa, Educación o Industria, de acuerdo con sus prioridades programáticas.

Babiš, que celebró la victoria de ANO en las elecciones parlamentarias del 4 de octubre, evita confirmar qué carteras estaría dispuesto a ceder. Sin embargo, una alianza entre ambos movimientos le garantizaría mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.

El presidente Petr Pavel mantiene una posición de cautela. Reiteró que la pertenencia de Chequia a la OTAN y a la Unión Europea sigue siendo la base de la política exterior del país. Es lo único que parece preocuparle ahora. Ni una palabra sobre los derechos humanos dentro del país, ni sobre los riesgos que enfrentarían los romaníes, los extranjeros y las personas asiladas si el SPD gobierno Chequia 2025 logra entrar en el poder. Pavel habla de alianzas militares y estabilidad internacional, pero guarda silencio sobre la posible erosión de las libertades que su propio cargo debería garantizar.

Ya con el gobierno saliente, los derechos de las minorías eran vulnerados sin que Vít Rakušan, Petr Fiala ni Pavel elevaran mucho la voz. Incluso cuando activistas romaníes enviaron una carta abierta al presidente denunciando violencia policial, agresiones físicas y ataques racistas contra ciudadanos romaníes, la respuesta no vino de él, sino de su oficina, que se limitó a afirmar que “el presidente es quien más se preocupa por la comunidad romaní”. La carta también señalaba discriminación institucional en el acceso a la vivienda, el empleo y la educación, problemas que las autoridades siguen tratando como incidentes aislados. Ninguna referencia a los hechos, ninguna promesa de revisión o de política pública.
El racismo ya había crecido más que en años anteriores, y los juicios por delitos de odio rara vez favorecían a las víctimas. Esa pasividad institucional preparó el terreno para lo que hoy parece inminente: un gobierno donde la impunidad podría consolidarse como norma y el racismo dejar de ser un tabú para convertirse en política pública.

Gobierno checo 2025: el avance del SPD y el riesgo para la democracia

El anuncio de las negociaciones ocurre mientras el SPD y su presidente enfrentan una acusación penal por incitación al odio, presentada en agosto por la Fiscalía del Distrito de Praga 1. La causa se relaciona con dos anuncios electorales difundidos en 2024, durante la campaña para las elecciones europeas y regionales.

Uno mostraba a un hombre negro con un cuchillo ensangrentado junto al texto: “Las deficiencias en la sanidad no se solucionarán con cirujanos importados.” El otro utilizaba una imagen generada por inteligencia artificial de dos niños romaníes fumando cigarrillos, acompañada del lema: “Dicen que debemos ir a la escuela, pero a nuestros padres les da igual.”

Organizaciones como ROMEA y miembros del Consejo del Gobierno para Asuntos de la Minoría Romaní calificaron la campaña de “provocación deliberada” y presentaron una denuncia penal. La investigación sigue abierta.
Fuente: Romea.cz

Antecedentes de la causa penal

El SPD gobierno Chequia 2025, liderado por Tomio Okamura, acumula varias denuncias por campañas políticas señaladas por racismo y manipulación de estereotipos. La más reciente se presentó tras la difusión de un cartel electoral que caricaturizaba a niños romaníes mediante una imagen creada con inteligencia artificial. No es la primera vez que el partido utiliza ese tipo de mensajes: en otras campañas ya había asociado a los migrantes con la violencia y la delincuencia.

Organizaciones de derechos humanos y representantes de la comunidad romaní han advertido que estas campañas no solo estigmatizan a un grupo étnico, sino que normalizan el desprecio y la exclusión. El propio Okamura defendió los anuncios como “alegorías”, reafirmando así la estrategia de su movimiento: provocar, dividir y luego justificarse como víctima del sistema.
Enlace interno: Ad acta: cuando la Fiscalía silencia las denuncias de odio

Racismo institucional más allá del SPD

El racismo político en Chequia no se limita al SPD. También se manifiesta dentro del movimiento ANO, que se presenta como moderado y democrático. En una entrevista concedida al servidor de noticias Okraj.cz, la vicealcaldesa de Ostrava-Přívoz, Alena Pataky, declaró que el “bajo rendimiento escolar” de los niños romaníes se debe a su “herencia genética” y a una “mentalidad diferente”.


Las palabras no las pronunció una persona cualquiera, sino una funcionaria con responsabilidad directa sobre la educación pública en su distrito, un cargo otorgado por el propio movimiento ANO. Las reacciones fueron inmediatas: educadores y activistas calificaron sus declaraciones de abiertamente racistas y alertaron del peligro de que ideas así se pronuncien desde un puesto institucional clave.


El tono de Pataky —que llegó a justificar sus afirmaciones en diferencias “biológicas” y “mentales”— recuerda el discurso pseudocientífico que alimentó la propaganda del Tercer Reich. Que permanezca en el cargo sin sanción muestra hasta qué punto los prejuicios raciales se han vuelto tolerables incluso en partidos que intentan presentarse como democráticos.
Enlace interno: El antisemitismo que une a neonazis e islamistas en Europa

El riesgo político del SPD gobierno Chequia 2025

Pese a la acusación, Okamura participa en las conversaciones para formar gobierno. Si el SPD logra entrar en el gabinete, sería la primera vez que un partido checo acusado de incitar al odio racial controle ministerios clave.

El Ministerio del Interior decide sobre asilo político, protección humanitaria, migración y ciudadanía. En manos del SPD, esa agenda podría transformarse en un filtro ideológico. El Ministerio de Educación, donde el partido ha atacado a los niños romaníes y a los programas de integración, quedaría expuesto a una visión excluyente. Y desde Exteriores, el SPD podría proyectar su discurso nacionalista y euroescéptico fuera del país.

En conjunto, el mensaje sería devastador: las instituciones encargadas de proteger la inclusión, la educación y la cooperación internacional quedarían en manos de un movimiento que ha construido su popularidad sobre el miedo al “otro”.

De eso no se retorna. Sería, en los hechos, el primer gobierno checo de corte ultranacionalista desde la caída del comunismo. No por la forma —seguirán existiendo elecciones, conferencias y trajes elegantes—, sino por el fondo: la manera en que el poder del Estado puede empezar a moldear la vida pública desde el miedo.
Cuando las instituciones adoptan el lenguaje de la exclusión y lo traducen en decisiones administrativas, el daño no es solo simbólico: se filtra en las aulas, en las oficinas de extranjería, en los medios públicos.
El desenlace del SPD gobierno Chequia 2025 marcará si el país consolida su democracia o permite que la erosión institucional se vuelva norma.

Nota de la autora:
Esta crónica se basa en hechos públicos verificados, comunicados oficiales y declaraciones difundidas por medios checos tras las elecciones parlamentarias de octubre de 2025. No pretende ofrecer una cobertura exhaustiva, sino un análisis periodístico e interpretativo de la coyuntura actual.

Por cronicasexilio

Journalist and human rights defender. Currently in exile in Europe, where I continue to denounce discrimination, racism, and the rise of neo-Nazism. In this space, I share chronicles, investigations, and reflections from the perspective of resistance.

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